miércoles, 3 de noviembre de 2010

Paradojas

PARADOJAS

LILIAN ALARCON DURAN

Creo de utilidad compartir con ustedes amigos/as ciertos párrafos del discurso de agradecimiento al título de primer Ciudadano Ilustre del MERCOSUR, del escritor y periodista Uruguayo, Eduardo Galiano que dijera el 3 de julio 2008 en Montevideo. El señaló sabiamente: Nuestra región es el reino de las paradojas (Lo absurdo, lo infrecuente)): En Brasil, paradójicamente, Garrincha, arruinado desde la infancia por la miseria y la poliomielitis, nacido para la desdicha, fue el jugador que más alegría ofreció en toda la historia del fútbol; Bolivia 1978: cinco mujeres voltearon una dictadura militar, todo el País se burló de ellas cuando iniciaron su huelga de hambre. Paradójicamente, toda Bolivia terminó ayunando con ellas, hasta que la dictadura cayó. Hace bien poquito, Europa aprobó la ley que convierte a los inmigrantes en criminales. Paradoja de paradojas: Europa, que durante siglos ha invadido el mundo, cierra la puerta en las narices de los invadidos, cuando le retribuyen la visita. Y esa ley se ha promulgado con una asombrosa impunidad, que resultaría inexplicable si no estuviéramos acostumbrados a ser comidos y a vivir con miedo. Miedo de vivir, miedo de decir, miedo de ser. Esta región nuestra forma parte de una América Latina organizada para el divorcio de sus partes, para el odio mutuo y la mutua ignorancia. Pero sólo juntándonos seremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo, la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar en lugar de crear. A lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve, un venezolano llamado Simón Rodríguez anduvo por los caminos de nuestra América, a lomo de mula, desafiando a los nuevos dueños del poder: -Ustedes –clamaba don Simón-, ustedes que tanto imitan a los europeos, ¿por qué no les imitan lo más importante, que es la originalidad? Paradójicamente, era escuchado por nadie este hombre que tanto merecía ser escuchado. Lo llamaban loco! Paradójicamente, una de las principales avenidas de Santiago de Chile se llama, todavía, Once de Septiembre. Y no se llama así por las víctimas de las Torres Gemelas de Nueva York. No! Se llama así en homenaje a los verdugos de la democracia en Chile ¿No sería hora de cambiarle el nombre? ¿No sería hora de llamarla Avenida Salvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a la dignidad de la palabra?”. Admirable Galiano, cuanta veracidad y propiedad en sus palabras!! Hoy, seguramente estará de acuerdo conmigo: paradójicamente en Ecuador, existen más expertos pero se acrecientan los problemas. El pleno de la Asamblea Constituyente, trata a las voladas y debate al apuro, articulados formales y objetivos de la nueva Constitución. Que paradoja!

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