sábado, 11 de julio de 2015

FRANCISCO EN ECUADOR

FRANCISCO EN ECUADOR
                                 LILIAN ALARCON DURAN
El jerarca de la iglesia católica, el sucesor de Pedro, el Papa francisco, hombre sencillo y espontaneo arribo a nuestro país, iniciando así una visita pastoral o peregrinación por tres países latinoamericanos. Su natural sencillez y alegría, rompiendo todos los protocolos,  cubrió  las expectativas que   los ecuatorianos se habían hecho con su presencia y mensaje, es que pocas son las personalidades en el mundo cuya palabra es esperada y escuchada con tanta atención y cuidado como las  pronunciada por Francisco.  Desde que Jorge Mario Bergoglio, (Papa Panchito) llegara al aeropuerto de Quito,  se pudo observar el fervor y entusiasmo ciudadano puesto de manifiesto en las expresiones de amor y fe que se le prodigara a su paso en sus recorridos tanto en Quito como en Guayaquil. El presidente Correa lo recibió en nombre del pueblo ecuatoriano con un fuerte abrazo, y un discurso que para muchos tuvo tinte político, en el que destacó los logros de su Gobierno no obstante también  agradeció por la encíclica papal sobre la ecología. El Papa,  procuró una respuesta formal y  directa: “Le agradezco su consonancia con mi pensamiento. Me ha citado demasiado”.  Su correspondencia no duro más de 5 minutos. Palabras verticales y precisas, propias de un ser humano de paz.  
El mensaje del Papa al igual que Jesús  -que priorizó a la familia-,  fue dado utilizando ejemplos o parábolas, y  deja grandes enseñanzas: “En el seno de la familia nadie es descartado.  En ella se aprende a dominar la agresividad y la voracidad”, “En ella, y de esto todos somos testigos, los milagros se hacen con lo que hay, con lo que somos, con lo que uno tiene a mano”, “debemos esforzarnos en construir puentes antes que erigir muros” para señalar que lo fundamental en la existencia de la sociedad es la unidad, la ayuda mutua, la solidaridad en la familia. “Esta debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a los ciudadanos”. Es que las familias conforman las ciudades y países, y como dijo el Papa Francisco refiriéndose a su propia familia de cinco hermanos, a la pregunta a sus padres: a cual hijo querían más, respondieron que todos eran como los cinco dedos de la mano, si se pinchaba uno dolía en los demás, los cinco dedos de la mano son diferentes en tamaño, funciones y habilidades, entonces a todos los amaban por igual. “El mejor vino está por venir, aunque todas  las estadísticas y variables digan lo contrario” acotó.
En  conclusión, con la visita de este noble, sencillo, generoso  y sensible pastor,  entregado totalmente a servir al prójimo, es probable que nada cambie desde el punto de vista político en el país, pero su mensaje profundo y esperanzador contra la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión quedaran en la mente y corazón de los ecuatorianos, y eso ya es suficiente.

Portoviejo - Manabí- Ecuador

10 de julio de 2015