martes, 2 de noviembre de 2010

NAVIDAD

NAVIDAD

LILIAN ALARCON DURAN

“Navidad…. es navidad, toda la tierra se alegra…..” inicia una linda melodía navideña que canta José Luis Perales, es que la navidad debe ser alegría para todos los seres humanos, sobre todo para los niños del mundo, época en la que el cristianismo de acuerdo a su mundovidencia y costumbres, evoca el nacimiento del hijo de Dios. Jesús nació en una pesebrera, rodeado de sus amorosos padres, abrazado a la naturaleza que rodeaba a ese lugar de Belén, así cuenta el libro sagrado: “La Biblia”; entonces el mensaje espiritual de este hecho para muchos misterioso e incomprensible, es de humildad, de sencillez, de respeto de reconciliación de solidaridad y de paz, puesto que lo que más promueve la armonía entre las personas es el respeto y tolerancia a los hábitos, a las creencias, a las practicas religiosas, a las costumbres, en fin a todo lo que para el otro/a es substancial e importante en su vida.

Sin embargo, vemos con pena que todo el mundo derrocha dinero, gasta lo que tiene y hasta lo que no tiene, se endeuda en comprar regalos para los hijos, familiares y amigos, a cual más hace regalos caros, haciendo que las diferencias sociales se sienten y perciban con más fuerza en esta época, distorsionadose así el verdadero sentido esencial y espiritual de esta fiesta religiosa. Particularmente creo que navidad es romper sin temores nuestros arcaicos esquemas mentales y construir nuevas y dinámicas posibilidades de existencia;… Cuando recreamos la vida, la fe, la esperanza, el compromiso con la verdad;… Cuando descubrimos iniciativas claras, concretas, y sinceras en la edificación de un mundo posible: la utopía. Recuerdo una vez más las navidades de mi infancia, nada lejanas para mi corazón, sin arbolito ni nacimiento como ahora se estila, ni pavo a las 12 de la noche... solo una que otra lucecita encendiéndose y apagándose periódicamente en las ventanas vecinas a mi casa en mi Rocafuerte querido. Mis hermanos y yo, nunca esperábamos regalos ostentosos, solo alguno que otro juguete que nos emocionara el corazón, pero sobre todo el alma. Era todo lo que mi madre podía comprarnos. Nos contentábamos con materialmente poco, es que había tanta ternura para dar y recibir!!. No, no amigos/as no necesitábamos pedir más! que felices éramos entonces con casi nada! Es que la verdadera navidad es: amor, mucho amor. Para todos mis lectores/as ¡Una cálida y tierna Navidad!

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