jueves, 14 de noviembre de 2013

JEANNE BARET: LA PRIMERA MUJER QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO



JEANNE BARET: LA PRIMERA MUJER QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO
                                                             LILIAN ALARCON DURAN
A lo largo del tiempo, muchas mujeres han luchado por conseguir un lugar destacado en un mundo que parecía ser dominado por los hombres. Muchos avances y costumbres han cambiado gracias al esfuerzo y trabajo de ellas.   Aquí una historia interesante de lucha y aporte a la ciencia:  Un botánico de la Universidad estadounidense de Utah, Eric J. Tepe, ha tenido que ser el que rescate para la ciencia, la memoria de una de las primeras mujeres francesas que se atreviera a entrar en el siglo XVIII en el cerrado y machista mundo académico. Se trata de Jeanne Baret, la mujer que, siendo de procedencia muy humilde, se disfrazó de hombre para poderse  embarcar en la aventura científica más osada de la época, la expedición de Bougainville, que dio la vuelta al mundo y provocó un salto cualitativo en los conocimientos geográficos y biológicos.
Tepe, que trabaja fundamentalmente en taxonomía y diversificación de plantas, especialmente en América Latina, descubrió la figura de Jeanne Baret, casi por completo ausente de la historia de la ciencia francesa, al escuchar una entrevista a la estadounidense Glynis Ridley, autora de la biografía: “ El descubrimiento de Jeanne Baret”. Un relato sobre ciencia, océano y sobre la primera mujer que dio la vuelta al globo.
En Francia, Baret ha dejado alguna huella. Por ejemplo, figura en los relatos que el propio comandante Louis Antoine de Bougainville, así como el enciclopedista Diderot, escribieron sobre la expedición y sus resultados. También, por supuesto, el Ayuntamiento donde falleciera tras su regreso, Saint Antoine de Breuilh, ha descubierto que puede convertirse en una buena insignia turística.
Pero lo increíble es que poca o ninguna huella queda en la ciencia oficial francesa y tampoco en las colecciones botánicas del Museo Nacional de Historia Natural. Y ello, pese a que esas colecciones heredaron el inmenso trabajo de recolección y clasificación de la mujer en varios continentes. Ninguna planta de las que recolectó lleva su nombre declinado en latín, como suele ser la costumbre para los descubridores. Commerson y Barret, durante la expedición,  recogieron y clasificaron unas 70 especies de plantas en lugares entonces poco estudiados por la ciencia, como la bahía de Río de Janeiro, el Estrecho de Magallanes, Tahití, Madagascar y el propio Mauricio.
Hoy, Tepe, el científico de la Universidad de Utah, ya ha encontrado la manera de reparar ese olvido de la historia oficial de las ciencias. Desde hace poco, según relata la revista Phytokeys, una planta descubierta por Tepe lleva el nombre científico de Solanum baretiae. Se trata de una planta endémica de ciertos puntos del sur de Ecuador y el norte de Perú, que crece oculta en el sotobosque. Tepe la ha escogido porque sus hojas varían de forma, tal y como ocurre con esa otra planta que inicialmente  hace más de tres siglos, iba a llevar el nombre de la primera mujer que dio importante contribución al  saber y al conocimiento.
Portoviejo-Manabí-Ecuador

Noviembre de 2013