martes, 1 de octubre de 2013

DISCRIMINACION



                                  DISCRIMINACION
                                                             LILIAN ALARCON DURAN

Se la conceptúa como la circunstancias en la que una o varias  personas es tratada de forma desfavorable u ofensiva, por causa de fobias o  prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta, por la raza, por estar infectado/a (SIDA), por la orientación sexual,  la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad. Hoy por hoy, existe una amplia legislación contra la discriminación en materia de igualdad de oportunidades de vida,  de empleo, vivienda y captación de  bienes y servicios, pero en muchos casos es solo letra muerta que  no se la aplica, y en casos frecuentes  alientan ciertas prácticas discriminatorias.

Existen actualmente  casos dolorosos de discriminación y exclusión sobre todo por el SIDA: Conozco  de cerca el caso siguiente: Steven (nombre protegido), un joven enamoradizo de 25 años de edad, se prendó de María Laura una jovencita de 21 años,  es correspondido  y se unen como pareja, son felices pues Steven solo tiene ojos y atenciones para su mujer.  Pasa un año y   Steven  comienza a sufrir de problemas gástricos que con el pasar de los días se agudizan, le hacen la prueba del Sida y sale positivo, a María Laura también le realizan la prueba y  su diagnostico es negativo, las familias y amigos de ambos se enteran y comienza una batalla de insultos,  acusaciones, y hasta golpes.   A María Laura se la llevaron sus padres casi a rastras, sin importar las súplicas de Steven y las lágrimas de la mujer, que pedía la dejaran quedarse a ayudar y  apoyar a  su pareja.  La Doctora que los atendió les indicó que el virus no se trasmite con la saliva, ni con el contacto diario,   por abrazos o besos,  el contagio es a través de relaciones sexuales sin precauciones, es decir que la convivencia con una persona con SIDA es absolutamente posible, por lo tanto no existe razón alguna para el abandono, el aislamiento o la apartación de la persona infectada.  Sin embargo, la familia llenos de miedo y pánico, no entienden que en este caso la solidaridad y adhesión es fundamental, que el sida es una epidemia mundial que precisa de grandes y colosales esfuerzos colectivos para detenerla.  

En la práctica, los prejuicios de nuestra sociedad resultan extremadamente difíciles de erradicar.  Durante los últimos años se han incrementado los esfuerzos por reducir la discriminación  por causa del sida, determinadas incapacidades físicas o la  orientación sexual.  Aunque se han logrado importantes avances en cuanto a la igualdad de oportunidades, los hechos demuestran que todavía queda un largo camino por recorrer.

Portoviejo-Manabí Ecuador
Octubre  2013

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