DISCRIMINACION
LILIAN ALARCON DURAN
Se la conceptúa como la circunstancias en la que una o varias personas es tratada de forma desfavorable u
ofensiva, por causa de fobias o prejuicios, generalmente por pertenecer a una
categoría social distinta, por la raza, por estar infectado/a (SIDA), por la
orientación sexual, la religión, el
rango socioeconómico, la edad y la discapacidad. Hoy por hoy, existe una amplia
legislación contra la discriminación en materia de igualdad de oportunidades de
vida, de empleo, vivienda y captación
de bienes y servicios, pero en muchos
casos es solo letra muerta que no se la
aplica, y en casos frecuentes alientan
ciertas prácticas discriminatorias.
Existen actualmente casos dolorosos
de discriminación y exclusión sobre todo por el SIDA: Conozco de cerca el caso siguiente: Steven (nombre
protegido), un joven enamoradizo de 25 años de edad, se prendó de María Laura
una jovencita de 21 años, es
correspondido y se unen como pareja, son
felices pues Steven solo tiene ojos y atenciones para su mujer. Pasa un año y Steven comienza a sufrir de problemas gástricos que
con el pasar de los días se agudizan, le hacen la prueba del Sida y sale
positivo, a María Laura también le realizan la prueba y su diagnostico es negativo, las familias y
amigos de ambos se enteran y comienza una batalla de insultos, acusaciones, y hasta golpes. A María Laura se la llevaron sus padres casi
a rastras, sin importar las súplicas de Steven y las lágrimas de la mujer, que
pedía la dejaran quedarse a ayudar y apoyar
a su pareja. La
Doctora que los atendió les indicó que el virus no se
trasmite con la saliva, ni con el contacto diario, por abrazos o besos, el contagio es a través de relaciones sexuales
sin precauciones, es decir que la convivencia con una persona con SIDA es
absolutamente posible, por lo tanto no existe razón alguna para el abandono, el
aislamiento o la apartación de la persona infectada. Sin embargo, la familia llenos de miedo y
pánico, no entienden que en este caso la solidaridad y adhesión es fundamental,
que el sida es una epidemia mundial que precisa de grandes y colosales
esfuerzos colectivos para detenerla.
En la práctica, los prejuicios de nuestra sociedad resultan
extremadamente difíciles de erradicar. Durante
los últimos años se han incrementado los esfuerzos por reducir la
discriminación por causa del sida,
determinadas incapacidades físicas o la orientación sexual. Aunque se han logrado importantes avances en
cuanto a la igualdad de oportunidades, los hechos demuestran que todavía queda
un largo camino por recorrer.
Portoviejo-Manabí Ecuador
Octubre 2013
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