jueves, 30 de diciembre de 2010

REFLEXIONES DE FIN DE AÑO

REFLEXIONES DE FIN DE AÑO

LILIAN ALARCON DURAN

Termina otro año más, y no me canso de agradecer a Dios por lo pródiga y espléndida vida que me ha dado, por la hermosa familia que tengo, por los amigos y amigas fieles que me iluminan los días de mi existencia. Satisfecha, con los cambios profundos que se viven en el país, es que el Presidente Rafael Correa, está marcando hitos auténticos en la historia ecuatoriana. Considero, es el Presidente más valioso y trascendental después de Eloy Alfaro. La vieja partidocracia representativa en nuestro país, no va más, y ha sido señalada como perteneciente a una época pretérita, a un nefasto proceso socio-económico denominado “la larga noche neoliberal”. En lo personal, año vivido en armonía, rectitud serenidad, y sin miedos, con el decoro de haber enfrentado dignamente a alguno que otro farsante, prevalido de poder momentáneo demostrando debilidad de espíritu y carencia de sensatez. Colegí, que por más buena o mala que una situación sea, va a cambiar, porque nada es perdurable y a todos y todas nos llega la hora, hasta de la partida. A pesar de los contratiempos, siempre me apoye en un precepto sabio que me impide cometer profusos errores: “No hagas a nadie lo que no te gusta que te hagan a ti” y, que la vida es muy corta para gastar tiempo aborreciendo a alguien que nos hizo daño o nos perjudicó, por lo que aprendí con esfuerzo a condonar -sin olvidar- insultos, ofensas y agravios. En este año que termina, he dejado muchas cosas a medias, otras pensadas por hacer; espero en este año que inicia, tener tiempo para plasmar en realidad mis planes, y conducirme diligente en concluir lo que estoy haciendo ya. Puedo decir que fue un año bueno, trabajar en las prioridades me ayudó mucho, a pesar de dejar todo lo secundario para después (que en definitiva también era importante). Finalmente, digo a mis lectores y lectoras repitiendo una frase que descubrí en un interesante libro que leo y re-leo siempre que me faltan las fuerzas para continuar mi camino, y dice: “Feliz Año Nuevo a quien se asoma a la ventana del alma para contemplar su propio amanecer; a los navegantes cuyas velas se mueven gracias al soplo del Espíritu; a los sembradores de horizontes translúcidos; a las bordadoras de ternura en el suelo pedregoso de nuestras desventuras”. ¡Mejoremos un poco más este 2011!

PORTOVIEJO-MANABÍ-ECUADOR

Diciembre 28-2010


No hay comentarios:

Publicar un comentario