viernes, 28 de agosto de 2015

CRISIS ECONOMICA



EMERGENCIA ECONÓMICA
                     LILIAN ALARCON DURAN

Por fin  el Presidente de la República no tuvo más remedio que aceptar lo que pasa en la economía del país y decir: “Son momentos duros y no los quiero engañar, enfrentamos una dura emergencia”.  Estamos conscientes que las causas que afectan a la economía de nuestro país son durísimas por la caída en picada del precio del barril de petróleo  y el derrumbe de las bolsas de países fuertes,  además se pronostica   la erupción del Cotopaxi y la presencia del fenómeno de El Niño, lo que nos haría  enfrentar una situación  aún más grave.  Lamentablemente, no contamos con reservas de dólares para enfrentar esta difícil situación -este gobierno no cultivo la cultura de ahorrar para épocas de vacas flacas-.   No existe inversión privada y el modelo de desarrollo estatista  se prueba como  el no  adecuado.  Las y los ecuatorianos  estamos inquietos por los  sucesos últimos, y por lo que podría venir.  Es necesario evitar el pánico en los ciudadanos, por lo que le toca al gobierno implementar medidas  que transmitan a la gente que el Presidente economista,  tiene conciencia del problema,  con mea culpa por su falta de previsión para protegernos  exitosamente ante la llegada de un vendaval como el que atravesamos, sin tener nadie que nos rescate (caso Grecia) y sin visos de lograr una pronta salida.                                                                                                     
Por ello, está bien que se fusionen secretarias y  ministerios que a mi juicio, son excesivos,  que en cualquier caso significará un ahorro de recursos. No será un gran impacto en la reducción de gastos, pero todo ayuda,  aunque al mismo tiempo supondrá eliminar algunos cargos públicos con la consecuente afectación para los excluidos.                                                                           
El país necesita capitales y para obtenerlos debe crear condiciones que permitan la reactivación de la inversión privada, entre ellas, estímulos financieros de la mano de una seguridad jurídica orientada.      Personalmente creo  no es momento para confrontaciones, es necesaria la colaboración decidida de todos los sectores, pues los efectos de la crisis tocará a todos y todas.                                                                                                      
Las responsabilidades de lo que está pasando, las establecerá la historia, por ahora busquemos como aportar positivamente a este momento de gran incertidumbre. En todo caso, estamos en una encrucijada que tiene a todos aturdidos y en aprietos.

Portoviejo – Manabí – Ecuador

28 de Agosto de 2015