MICHELLE
OBAMA
LILIAN ALARCON
DURAN
Si
hay una figura que durante la campaña ayudó a Barack Obama, recientemente
reelegido Presidente de los EE.UU a ganar votos, esa es su esposa: Michelle, la carismática primera dama
afroamericana de Estados Unidos, que se define como "Mamá en jefe";
uno de las grandes puntales con las que
cuenta el mandatario en su meteórica carrera
política. Nacida como Michelle
Robinson el 17 de enero de 1964, es bisnieta de un esclavo e hija de Fraser y Marian Robinson, matrimonio de clase media de Chicago. La familia Robinson vivía en el sector sur de
Chicago, en la planta de arriba de un búngalo de ladrillo. Fraser trabajaba
como operador de bombas en el Departamento Hidráulico de Chicago, y aunque le
diagnosticaron esclerosis múltiple a una edad temprana, casi nunca faltó al
trabajo. Marian se quedaba en casa cuidando a Craig y Michelle, atendiendo su hogar y llenándolo de alegría, amor e
importantes lecciones de vida. La inteligente Michelle, logró una preparación
académica brillante en Princeton y Harvard antes de casarse hace 20 años con
Barack Obama.
Esta
humanista abogada, de 48 años, en sus
apariciones en televisión, habla con amor de su esposo y de sus niñas Malia
de 12 años y Sasha de 9, cuenta anécdotas de su niñez en el seno de su familia
humilde donde la educación era la única herramienta para salir adelante, sin
pasar por alto la enfermedad de su padre, que le permite revindicar la política de su
marido de extender la cobertura médica a todos los
estadounidenses.
Michelle Obama es muy querida por las y los norteamericanos (Su popularidad supera por 13 puntos la de su esposo), no pasa desapercibida, primero por su porte: 1,80 m de estatura, casi
tanto como su marido (1,85 m).
Pero también por su personalidad: jovial, sonriente, buena para hacer chistes y
siempre dispuesta a dar un abrazo a
las y los seguidores. Se muestra
austera en su vestimenta, a la
cual millones de personas posan sus ojos.
Tanto en la campaña, como en la noche de victoria electoral de su marido,
este martes 7 de noviembre en la noche, Michelle decidió usar el mismo vestido que ya había exhibido no una,
sino dos veces anteriores. Diríamos que predica con el ejemplo. En definitiva, en Estados Unidos
a la hora de hacer política, la familia, sobre todo la mujer, es esencial para
cualquier político y Michelle Obama es el mejor paradigma de ello,
teniendo un papel fundamental y perentorio en la reelección como Presidente de Estados Unidos
de su marido, Barack Obama.
Portoviejo-Manabí-Ecuador
Noviembre
de 2012
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