sábado, 16 de marzo de 2013



FRANCISCO l
                                    Lilian Alarcón Durán
Argentina nunca tuvo un esquema protagónico similar. Tener un Messi cuando el nombre de Maradonna no ha perdido vigencia, tener una mujer presidenta en su  país y otra que es reina en Europa, continente donde Cristina es modelo para muchos, en los países de crisis espantosas,  y finalmente, en El Vaticano, la capital religiosa de occidente,    Argentina “pone” un Papa.           

El humo blanco le anunció al mundo que la más alta jerarquía de la Iglesia Católica había logrado el consenso suficiente como para designar al sucesor del papa Benedicto XVI, que renunció frente a su impotencia para controlar la lucha de tendencias que corroe a la cúpula romana.  Por primera vez en la historia de la iglesia la designación recayó en un latinoamericano, el cardenal argentino  Jorge Mario Bergoglio, quien asume su papado con el nombre de Francisco l. Viene de la tradición jesuita, que como es conocida por todos, es el sector de la iglesia que tiene mayor cultura social y mayor perspectiva estratégica para cumplir los fines para los cuales fue designado: restablecer el equilibrio institucional e invisibilizar las fracturas interiores que cruzan a la curia romana y al estrecho círculo de poder espiritual y económico que      la rodea.
Curiosamente se elige el Papa Francisco a las ocho de la noche de Roma. La misma hora en que vemos fotografiados a ocultistas de diferentes épocas, con el mismo reloj detrás, marcando las cabalísticas ocho horas. Es que el ocho es el número poder.                                                                                             
 En América Latina, la masividad e influencia de la fe católica  no es reciente, sin embargo el acceso al papado de un representante de su iglesia recién se produce. Seguramente diversas causas influyeron para eso y varias nunca serán conocidas. Pero hay una lectura política de esta elección que es inocultable, imposible esconder: hoy por hoy es en América latina donde crecen liderazgos capaces de fortalecer la unidad de las amplias masas,  la Iglesia institución quiere intervenir en este proceso,  no para empujar esos cambios, sino para   frenarlos.                                                                             
Sin duda,  en el juego de alianzas internas de la soberanía eclesiástica que permitió su elección habrá pesado su carisma y capacidad para  lidiar con el consentimiento de la sociedad, es decir atraer multitudes.  Esa será su misión prioritaria, porque la iglesia necesita recuperar la credibilidad de millones de creyentes en sus cúpulas y en sus pastores, como una condición necesaria y urgente para detener el alejamiento de creyentes que se vienen ahuyentando de ella en los últimos años, en múltiples direcciones, quebrantando las bases materiales de su poder milenario.

Portoviejo- Manabí – Ecuador
17 de Marzo de 2013

lunes, 11 de marzo de 2013

DEL DIA DE LA MUJER!!!!!!



¿DIA DE LA MUJER TRABAJADORA?
LILIAN ALARCÓN DURÁN
Cada 8 de marzo, se celebra en el mundo el día de la mujer trabajadora  para conmemorar su lucha histórica por el ejercicio de sus derechos en todos los espacios. Estos derechos incluyen la participación plena de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural, en sus respectivas naciones, en condiciones de paridad y sin exclusión. En Ecuador la situación de nosotras las mujeres ha cambiado muchísimo, hasta el punto de que ha sido posiblemente la de mayor cambio en Latinoamérica en los últimos 25 años. Hemos pasado de la absoluta desigualdad, hasta la casi simetría y similitud en relación al hombre.  Nosotras las mujeres hemos tenido un papel muy importante en este aspecto, aunque aún queda mucho por hacer.  Ya en estos tiempos,  la mujer moderna  no lucha por la igualdad ni por el derecho al voto, tampoco lucha por copiar de forma desatinada al hombre, ni por su participación en los movimientos culturales, políticos y sociales.
La mujer actual lucha por que se la identifique, allí donde esté, como igual pero diferente, distinta pero sumada; luchamos para que nos den la oportunidad de aportar esa riqueza propia de nuestra feminidad que la colectividad necesita, luchamos por una igualdad de derechos y deberes sin renunciar a nuestra maravillosa maternidad, luchamos  por defender nuestra capacidad de servir a los propios para enriquecer y humanizar a la sociedad.
Por tanto, personalmente creo que lo del Día de la Mujer Trabajadora ya no se ajusta a la realidad de las mujeres en la sociedad actual.  Porque a mí esto del Día de la Mujer Trabajadora ya no me dice nada, ¿Qué mujer no Trabaja? ¡Todas trabajamos, más al interior del hogar que fuera de él! Creo que la dinámica ha cambiado y la frase parece un poco pasada de moda. Dicho de otro modo, creo que ha llegado el momento de refrescar y modernizar el tema. ¿Qué dicen ustedes?
A ver estimados lectores y lectoras, atrevámonos a llamar a las cosas por su nombre. ¿Qué tal si en lugar de «Día de la Mujer Trabajadora» optamos por «Día del genio femenino»,  «Día de la mujer lideresa», «Día de la Mujer competente», «Día de la Mujer humanista», «Mujer orgullosa de ser Mujer», .... O simplemente “Día de la Mujer del siglo XXI”. ¡Ustedes tienen la palabra!
Portoviejo-Manabí-Ecuador
6 de Marzo de 2013